Esto implicó también un impacto para miles de estudiantes que no cuentan con acceso efectivo a internet. En México la conectividad no es universal, aunque en los años recientes se ha avanzado en llevar internet a más personas, apenas el 72% de la población internauta cuenta con este servicio en su hogar, de acuerdo con cifras de la ENDUTIH 2021 del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Adicionalmente, casi 4% de quienes utilizan internet lo tiene que hacer fuera de casa.
Esto refleja que todavía cerca del 25 de cada 100 mexicanos adultos está fuera del derecho efectivo a la conectividad a través de internet. Y la cosa se pone peor si se analiza por región: mientras el 81.6% de la población en zonas urbanas utiliza internet, la cifra cae hasta 56.5% en regiones rurales.
Por su parte, el 91.2% de los hogares mexicanos sí cuenta con un televisor en el hogar.
Ante esta realidad, la Secretaría de Educación Pública (SEP) impulsó las clases a distancia a través de televisión abierta. Durante los periodos de educación a distancia o esquema híbrido se transmitieron sesiones pregrabadas para todos los niveles de educación básica.
Al no ser una clase en vivo, los estudiantes no tenían opciones para detener con preguntas, precisiones o participaciones individuales. Será importante observar los resultados de próximas evaluaciones académicas para contrastar resultados en el aprovechamiento académico de los estudiantes, especialmente los que tuvieron más obstáculos para conectarse.
Acoso en las escuelas
El acoso o bullying es una de las problemáticas sociales más importantes al interior de las escuelas y centros educativos. Pese a ello, otro de los grandes problemas es la dificultad para identificar el acoso escolar y cuantificarlo, además de una producción de estadísticas al respecto casi escasa.
Las cifras más recientes con las que se cuenta son las obtenidas de la prueba PISA 2018, y de hecho, México junto con Perú resultaron ser los países con los niveles más bajos de alumnos que han sufrido bullying, al menos en la región de América Latina.
En México, 2 de cada 10 estudiantes han sido víctimas de algún tipo de acoso escolar, y la mayoría de ellos está de acuerdo en que esta situación impacta en algún nivel su desempeño escolar.
Aunque es una cifra positiva, si se compara con los resultados de Argentina donde el 32.4% de los estudiantes han sufrido bullying, todavía es una cifra que preocupa y una situación que debe ponerse en el centro de las discusiones sobre las políticas públicas en educación.
Destino laboral desde la educación
Otra de las situaciones que se observa en México en comparación con otras economías similares de la región y del mundo es que el hecho de no haber alcanzado la educación superior (licenciaturas o posgrados) no impacta de manera tan significativa el nivel de ocupación.
En México la tasa de desempleo para jóvenes de entre 25 y 34 años (en edad universitaria) que tienen un nivel educativo menor a preparatoria es de 4.2%, mientras que en Colombia y Costa Rica llega a 11.0 y 16.9% respectivamente, de acuerdo con cifras de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Y aunque en términos generales parece una buena señal que no se castigue tanto el nivel educativo en el mercado laboral, todavía queda pendiente evaluar las condiciones de los empleos a los que acceden estos jóvenes que no alcanzaron la educación universitaria en «tiempo y forma».
Una de las preocupaciones más grandes en materia de desarrollo social con la llegada de la Covid-19 es y sigue siendo el impacto en la educación de los niños, adolescentes y jóvenes del país. Los indicadores sugieren que las problemáticas ya existentes antes de pandemia podrían haberse profundizado.
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